domingo, 9 de noviembre de 2014

Los girasoles de Paul Gauguin


Autorretrato con retrato de Bernard "Los Miserables" (Paul Gauguin 1888)

Vincent van Gogh se la había pasado pintando cuadros de girasoles ante la llegada de su amigo francés Paul Gauguin en 1888, esta habitación amarilla, donde recibiría a su amigo que tardíamente había llegado al arte después

de ser un corredor de bolsa, resplandecía en dorados como el mismo Gauguin dijera alguna vez:


“En mi habitación amarilla había girasoles de ojos púrpura sobre un fondo amarillo. Estaban en un jarrón amarillo sobre una mesa amarilla. En una esquina del cuadro estaba la firma del pintor: Vincent. El sol amarillo que brillaba a través de las cortinas amarillas de la habitación inundaba de oro toda esta magnífica flor [...] Oh, sí, el divino Vincent amaba el amarillo [...] yo adoraba el rojo.”

La convivencia de apenas dos meses que ambos pintores tuvieron en ese tiempo en el sur de Francia fue definitivamente turbulenta. Van Gogh nacido en el seno de una familia aristocrática Holandesa tenía un estilo en su obra influenciada por los impresionistas, un poco de puntillismo, que el mismo odiaba con todas sus vísceras; había sacrificado la fortuna de su destino por el arte, apostando a que su trabajo en la tela le daría el reconocimiento y el estatus esperado de todo grande y privilegiado en la materia del arte, el cual recompensaba el esfuerzo y la dedicación. Pero, el arte es así, no todas las veces compensa de la mejor manera al que mejor sabe llevar y enamorarse de su alma amorfa (No hay datos en específico que demuestren que el pintor haya vendido alguna obra en realidad, según las cartas a su hermano Theo, se sabe que el no hizo nada de dinero con sus pinturas, no hubieron compradores de su trabajo) Sin embargo, hablando de arte, ¿Es que este debe recompensar con dinero? ¿Es que el arte no tiene nada que ver con el dinero? ¿Hasta qué punto estaba van Gogh comprometido con ganar dinero? ¿Es que todo artista debe tener buen estatus económico? ¿Es que no basta acaso ser un artista, único, inigualable, original e irrepetible?

Naturaleza muerta con La Espezanza (1901).
En algunas cartas que Vincent escribe a su hermano Theo (Theodorus van Gogh) manifiesta detalles de su pobreza y de su infortunio respecto a los negocios de sus telas, en vista de esto, demanda de su hermano dinero para sobrellevar la situación y le promete que pronto venderá algunos cuadros.

A la llegada de Gauguin a Arles en el sur de Francia donde residía el Holandés, ambos consideraban restaurar el arte, darle nuevas alas y horizontes para dejar atrás el impresionismo y las otras cosas que estaban en boga en el mundo del arte, que mejor lugar le había dicho Van Gogh a Gauguin para esta restauración que el “Estudio del sur” su hogar en ese entonces, con solo dos habitaciones, una de las cuales adornó el propio Van Gogh con girasoles y cuadros para dar la bienvenida y el confort del francés que buscaba también su lugar en el mundo del arte.

Naturaleza muerta con girasoles sobre una butaca (I) (1901).
Esta convivencia a finales de 1888 se desvaneció por la poca tolerancia de ambos, y lo que antes prometía una gran historia de amistad entre artistas termino por convertirse en un campo de batalla donde ninguna de las dos partes logró de alguna manera ponerse de acuerdo.

Naturaleza muerta con girasoles sobre una butaca (II) (1901).
Tiempo después de la separación de los pintores, Gauguin, radicado en la Polinesia francesa, quien se había llevado semillas de girasoles, pintó cuadros de estos, influenciado por la temática recurrente de Van Gogh. De isla en isla, había llegado en 1891 a Tahití, logró destacarse en su trabajo indigenista. Gauguin quien odiaba el desorden de Van Gogh lo admiraba de igual manera, era un sentimiento de péndulo, odiaba el desorden de sus colores, Gauguin pensaba que el artista debía llevar su trabajo a un campo únicamente mental, en cambio Van Gogh era de aquellos que sacaba su caballete al aire libre y pintaba lo que miraba y sentía en el momento.

Estas diferencias marcaban a los dos y les impregnaban diferencias, tantas que tiempo después hubieron de distanciarlos. En cambio esta admiración hizo que Gauguin pintara en su estancia en la Polinesia tres cuadros de girasoles en tributo a Van Gogh, estos son: Naturaleza muerta con la Esperanza, Naturaleza muerta con girasoles sobre una butaca (I), Naturaleza muerta con girasoles sobre una butaca (II).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario