sábado, 1 de noviembre de 2014

Una estatua protegida por los dioses


       Decapitada por el trajín de los siglos la que ahora podría decirse que es la obra de arte más famosa de la imperio elamita (de Elam por supuesto) cuyas tierras se situaban al este de Sumeria y Acad, y cuya  capital Susa llego tiempo después a ser la capital del imperio Persa. Con un centro de Bronce y estaño, revestida de cobre y estaño a su vez la reina Napir-Asu, deja ver sus adornados vestidos con círculos como pequeños ojos.

   

     La reina Napirasu, esposa de Untash-Napirisha vivió y reinó en el periodo Elamita medio. En esta dinastía floreció uno de los imperios más sorprendentes de la historia, quienes tomaron ventaja del declive de sus vecinos de Mesopotamia. Untash-Napirisha fundo la ciudad de Al-Untash-Napirisha y la decoró con todo tipo de monumentos, incluyendo muchas estatuas, en las cuales remarcaba profundamente el estilo de la técnica metalúrgica Elamita. 


Elaborar una adecuada historia sobre los Elamitas es complicado debido a diversidad de escritos de Sumerios y Acadios que conquistaron Mesopotamia, sin embargo, el periodo medio comienza en el año 1500 antes de nuestra era, y es en esta etapa en la cual se funda su capital llamada Susa, lugar en el cual fue encontrada la estatua de la reina.

Para el año de 1903 en las excavaciones del templo de la acrópolis de Susa, que estaba dedicado a la diosa Ninhursag, que era la diosa madre, o la diosa tierra de la civilización Sumeria, y que significa “Diosa de la montaña” dieron como resultado el hallazgo de la reina Napir- Asu, la esposa del rey elamita Untash-Napirisha.  Esta representación de la reina Napirasu, la cual se mira de pie, en talla real, ha perdido el brazo y su cabeza. Su vestido con mangas deja ver un elaborado bordado, tiene cuatro brazaletes en su muñeca derecha y un anillo en su dedo anular izquierdo, aunque sus manos están cruzadas a la altura del estómago, no parece estar en una usual posición de adoración.

 La inscripción en frente de su falda está en Elamita y refleja la identidad lingüística del reinado, esta inscripción da a la reina nombre y título, además de protección de los dioses, describe las ofrendas rituales hechas a los dioses, y pide por su maldición sobre cualquiera lo suficientemente audaz para profanarla.  La estatua está bajo la protección del dios Beltiya, y tres deidades más asociadas con la dinastía: el dios Ishushinak, el dios Napirisha y su consorte Kiririsha.

El reinado del rey Igihalkid, Untash-Napirisha, fue testigo de la puesta en marcha de un programa de construcción sin precedentes en su época. El rey ordenó la restauración de un gran número de templos y también construyó una nueva capital religiosa, Al-Untash-Napirisha (a veces simplemente conocido como Al-Untash), en el sitio de la actual Chogha Zanbil en la provincia de Juzestán en el actual Irán a unos 45 kilómetros al sur de Susa. El objetivo era unir las diferentes religiones que se practican en su reino en un solo lugar. Monumentos en toda la ciudad estaban adornados con numerosas esculturas encargadas por el rey, incluyendo la estatua de su esposa, que fue descubierto en Susa, pero fue probablemente trasladó allí desde Al-Untash.

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